Tras más de 60 días de negociación, nos encontramos una situación difícil, por no decir imposible de gestionar, ¿qué hacer? O permitimos que la UPN vuelva a regir nuestros destinos o permitimos a Nafarroa Bai entrar en el Gobierno. La situación no es fácil, seguramente y políticamente hablando, las diferencias que nos distancien con la UPN sean mayores que las que tengamos con Na-Bai, pero, ¿este pacto formaría un gobierno estable? Las bases hemos hablado en todos aquellos órganos de discusión, ejecutivas regionales, comités o reuniones de zona, todos hemos dicho, yo incluso, que deberíamos pactar con Na-Bai, pero conforme avanzaba el tiempo me surgía una duda personal, ¿qué es lo que pretendemos con este gobierno?
- Conseguir un gobierno estable con unos socios como Na-Bai e IU o,
- Conseguir mandar a su casa a D. Miguel Sanz
La primera decisión es un pacto complicado de gestionar, ¿que nos piden a cambio?, ¿cuanto tiempo vamos a poder contar con su apoyo?, ¿cómo van a actuar cuando el PSN tome decisiones que vayan en contra de sus planteamientos más radicales?, pero la segunda decisión es más complicada de gestionar todavía, puesto que todos sabemos que si hablamos en caliente, sin meditar, todos queremos que la UPN vaya a la oposición, pero si meditamos un poco, ¿es cuestión de llegar al poder a toda costa, a cualquier precio?
Pero también hemos de saber que todos los que formamos parte de este partido, asumimos, desde el momento que recibimos el carnet, los estatutos que rigen las decisiones a tomar. Y en nuestro caso, estos estatutos indican que la estrategia de pactos la marca y la determina Ferraz, y aquí es donde hemos de ser críticos con la dirección federal, si ellos marcan los pactos y no querían pactar con Na-Bai, ¿Porqué esperar 60 días para pronunciarse?
Pero así como no comparto la decisión de permitir negociar durante dos meses con Na-Bai sabiendo que al final la negociación no se va a permitir, tampoco comparto, personalmente, la decisión de algunos compañeros que dicen que van a dimitir, como es el caso del compañero Ramón Jiménez, puesto que por muy enfadado que se pueda estar, el dimitir por esto, es dejar huérfano al pueblo que nos ha votado, porque no podemos olvidar que la gente, en las municipales, ha votado al PSN pero también nos han votado a nosotros, a la persona, y dimitir, los dejaría abandonados.
¿Y ahora qué? Ahora sólo queda, para aquellos que no asuman o no asumamos la decisión, el recurso de la pataleta, habrá quien lo haga en los lugares adecuados, ejecutiva, comités, reuniones de zona, y habrá quien lo haga en la prensa y luego cuando se reúna con la dirección no diga nada.Pero al grupo parlamentario, que son los que van a sustentar la política socialista en el parlamento, pido, y hablo representándome a mí mismo y no representando al PSN de Fustiñana ni a mis compañeros, que una vez asumida la decisión, no olviden todo lo que la UPN ha dicho y hecho en contra del PSN, que no le entreguen un cheque en blanco para su política sectaria, y que intenten llevar a cabo todas las políticas sociales, educativas, sanitarias, etc… que llevábamos en nuestro programa autonómico. Que se olviden las rencillas internas y que trabajen para conseguir que en las próximas elecciones (ya sean dentro de 3 meses o de 4 años) el apoyo recibido por el PSN aumente y entonces sí, tengamos unas opciones claras de formar gobierno.
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